Día 2 – sábado 25 de octubre de 2025
“El sendero azul” – Gabriel Mascaro (86’ – Brasil, México, Chile y Países Bajos)
Melodrama sobre la vejez a través de un viaje por el Amazonas. El director se sumerge en contarnos la situación de Tereza (Denise Weinberg), una mujer de 77 años, como protagonista de una historia que nos guiará hacia la problemática y el control de la vida de nuestros mayores.
Un argumento ágil y sin aristas que nos llevará por un río que desemboca en la búsqueda de la libertad. El color y la luz de las imágenes junto a la soberbia interpretación de su protagonista componen uno de los factores a destacar del film.
Consigue transmitir una desmesurada ternura, fragilidad, amparo, rabia, vulnerabilidad y hasta miedo a envejecer. Gabriel Mascaro da una visión de esperanza mostrándonos esta bella historia cinematográfica, arraigada en la capacidad de decisión de las personas y, sobre todo, de su libertad.
Puntuación: 7/10
“La chica zurda” – Shih-Ching Tsou (108’ – Taiwán, Francia, Reino Unido)
Melodrama social que toma como protagonistas a una familia formada por una madre, una joven adolescente y una niña, la chica zurda. El primer largometraje de su directora escoge como tema central la precocidad maternal y sus consecuencias, acompañado de familias arraigadas a pensamientos tradicionales y anticuados de la sociedad taiwanesa.
Un aspecto reseñable del film es el movimiento de la cámara en mano siguiendo a las protagonistas que le otorga fluidez a la historia. Transmite sensibilidad, desconcierto, injusticia, rabia, delicadeza y te hace sonreír.
Es una gran película que te envuelve poco a poco, y te va empujando sin darte cuenta al abismo del final donde todo sorprende y cobra sentido.
Puntuación: 7,8/10
“Dos fiscales” – Sergei Loznitsa (118’ – Francia, Alemania, Países Bajos, Letonia, Rumanía y Lituania)
Drama político en la Rusia de Staling, en 1937. Largometraje que nos muestra como los hombres se aprovechan de la política en vez de hacerla y gobernar para el pueblo. Como se utiliza el poder para atemorizar a sus gentes. Estas con el poder o contra él. Sumisión.
De todo esto trata la película de Sergei Loznitsa que con una duración de casi dos horas nos agota con su ritmo soporífero y nos llega a recordar a los eternos planos de pasadas películas de Béla Tarr.
No existen más que miles de puertas que se abren y se cierran, simbología mega repetitiva en el film, y salas de espera interminables en el tiempo. Película realmente cansina y previsible en sus dos ínfimos puntos de giro.
Puntuación: 4,4/10
José Mª Velasco Román